sábado, 14 de julio de 2018

Descubriendo la verdad

Un periplo, imposible de manejar
Darío Sevillano Álvarez


La sabiduría popular, en sus refranes, dichos y frases célebres, propone la solución para cualquier circunstancia y podemos citar, para este caso: 

“La ignorancia es muy atrevida”.

En el año de 1978, por un accidente del destino, me encontré con un ciudadano español, que era misionero y que quería conocer la patrona de nuestro pueblo.

Con mucha tranquilidad, lo llevé a nuestro templo parroquial y le mostré las dos imágenes, que para nosotros representaban a nuestra patrona, que para esa época, era Nuestra Señora de la Asunción, que la teníamos en bulto, tallado en madera y un cuadro pintado al óleo en España y donado por la Reina Mariana de Austria, que gobernaba, por su hijo, que aún no tenía la mayoría de edad.

Pero cuál sería mi sorpresa, cuando el misionero español, me dijo con mucho respeto: 

—Ustedes están equivocados con la interpretación que le dan a este cuadro, porque no es de la Virgen de la Asunción, sino de una Virgen española, que se llama nuestra Señora de Sopetrán.

Casi que me da un infarto por la sorpresa y la alegría, que este relato me producía, dada la razón de que mi vocación era ser un buen historiador y este sería mi primer acierto, para contarles a los sopetraneros, que contábamos con una virgen propia.

Y mi alegría era mayor, porque el misionero se tomó la bondad de explicarme qué significaban las figuras que el cuadro tenía pintadas.

Cuando el misionero se marchó, me dirigí al sacerdote Humberto Torres Osorno, que hacía las veces de Párroco de nuestro pueblo; él me pidió un favor: 

—No hagamos ningún escándalo, hasta cuando yo investigue, con algunos religiosos españoles, que son amistosos conmigo y cuando tengamos esa información, le contamos a la feligresía.

La constatación de los datos se tomó unos ocho meses, porque para esa época, no había tecnología de punta en las comunicaciones, como la que disfrutamos en estos tiempos.

Mientras eso ocurría, el misionero se fue  a visitar su familia, y de regreso, me trajo unos documentos que me enviaba la historiadora, Doña Julie Sopetrán, que por pura casualidad, era hija, del dueño, en donde estaba el extinguido monasterio de Nuestra Señora de Sopetrán en España.

En este mismo momento empezó mi calvario, porque algunos feligreses  empezaron a lazarse contra mí, porque ellos no concebían la idea de que nuestra Virgen del cuadro no fuera Nuestra Señora de la Asunción y lo más grave, es que hay algunas feligresas que aseguran no creerme porque cada vez que cuento el relato de Nuestra Señora de Sopetrán, lo cambio.

Esta circunstancia radica, en que cada que sabemos un dato nuevo de Nuestra querida Virgen, lo agrego al relato; pero esas personas,, no saben que en las ciencias sociales, las ciencias naturales y todas aquellas, que no sean ciencias exactas, como las matemáticas, no existen verdades absolutas y todas son relativas, a las investigaciones que se van haciendo.

Es posible que a lo largo del tiempo, las investigaciones modernas revelen nuevos hallazgos, sobre nuestra especial Virgen y tendremos que seguir cambiando los relatos, para mantenernos bien informados, sobre la figura religiosa, más importante que tenemos en nuestro templo parroquial.

La única circunstancia benéfica que nos protege de esas personas  es nuestro Rector de la Basílica, el padre Rogelio Rodríguez y sus dos colaborados en el servicio religioso.  Ellos creen en nuestros relatos y nos estimulan para que sigamos adelante en nuestro propósito de investigar al máximo, sobre nuestra Preciosa Virgen Negra.

A continuación, les regalo la historia que el misionero me regaló, las oraciones que los españoles le rezan a esta preciosa advocación que es la patrona en Hita, Torre del Burgo, Almoharín, Jarandilla de la Vera, Murcia y Madrid y es una Virgen muy especial en la parroquia de Badajoz.

Entre los pueblos de América, desde Alaska hasta la Patagonia, el único pueblo que tiene la grandeza de tenerla como Patrona, es nuestro pueblo, Sopetrán.

Oraciones a nuestra Señora de Sopetrán, para todos los días.

Soberana Señora Virgen María Sopetrana, patrona de nuestro pueblo y nuestra especial abogada, cuya antigua advocación quiere decir sobrepiedras, y Vos lo sois sobre las más preciosas por vuestras virtudes, prerrogativas y gracias, 

A Vos, excelente piedra, no para engaste de diademas terrenas, sí empero para coronas de los Santos, vuestros favorecidos devotos os tributamos esta oración, compuesta de nueve preciosas piedras, que engastadas en lo humilde de nuestros corazones, ofrecemos a vuestra Majestad, Implorando rendidamente vuestro patrocinio en todas nuestras aflicciones de cuerpo y alma; y también para que nos alcancéis la gracia particular, que os pedimos en ella, si es para gloria de Dios y provecho de nuestras almas.

Sacratísima Virgen María Sopetrana, Judit misteriosa, y graciosa libertadora de los cristianos, los que oprimidos del mahometano rigor, gemían entre prisiones y grillos, implorando vuestro maternal amparo, el que no tardó a sus ruegos, pues bajando Vos del cielo, llenando vuestra piedad de resplandores la Tierra, disteis libertad al Cristiano Pueblo y deshaciendo las huestes enemigas con su capitán el infante Alí Maimón, a quien Vos propia disteis el santo bautismo, quedó sosegada esta tempestad. Por tanto, piadosísima María, os suplicamos nos libertéis de los más fieros enemigos nuestros, mundo, demonio y carne, y de las más crueles presiones que nos atribulan: Los pecados, y nos atraigáis a la libertad de hijos del verdadero Jesucristo nuestro Señor, a quien sea gloria eterna. Amén.

¿Cómo llegó Nuestra Señora de Sopetrán, a nuestra tierra?

Después de la fundación de nuestro pueblo, en el caserío de Córdoba, nuestro fundador, Francisco Herrera Campuzano, contrató la pintura de la Virgen de Sopetrán, con los pintores que estaban en Santa Fe de Antioquia y el día 14 de Agosto de 1616, el cuadro al óleo fue traído procesionalmente desde Santa fe, hasta la Viceparroquia de Nuestra Señora del Saladito de Córdoba, por el camino de herradura, que pasaba por el paso real y luego tomaron el callejón de El Rodeo, hasta la placita, pasaron la quebrada la Sopetrana y se desviaron por el sendero de la Batea, hasta Córdoba.


Imagen pintada al carboncillo, que trajo, Francisco Herrera Campuzano, para que le pintaran la Virgen que nos donó:

Es importante decir que este cuadro nos acompaña hace cuatrocientos dos años y Nuestra Señora, siempre ha estado dispuesta a concedernos sus favores.

Este cuadro, está metido en un rincón de San Alejo en la casa parroquial de Córdoba, en circunstancias muy desfavorables, sin que los que lo custodian sepan la importancia que tiene para los sopetraneros, porque fue el regalo que don Francisco Herrera Campuzano nos hizo, hace cuatrocientos dos años.

Con muchas intrigas de mi parte y con la ayuda del ilustre sopetranero, el doctor Raúl Tamayo Gaviria, conseguimos que el señor gobernador del Departamento, el doctor Luis Pérez Gutiérrez, mandara una comisión de expertos del museo de Antioquia, para que miraran el cuadro y luego iban a gestionar la forma de llevarlo al museo, para restaurarlo, pero no fue posible que el sacerdote de Córdoba, lo mostrara y solo les informó, que el único óleo que había en su parroquia, era el de Nuestra Señora del Socorro, otra importante advocación de nuestra Señora la virgen María.

El óleo de Nuestra Señora del Socorro, es precioso y conserva el marco original de la época de la colonia española; en él se representa a Nuestra Señora que protege a una niña, que satanás, fuerza del mal, se quiere llevar,  el óleo es propiedad de la parroquia de Córdoba, que eclesiásticamente se llama, parroquia de San Roque, pero en la colonia se llamaba viceparroquia de nuestra Señora del Saladito de Córdoba.

El cuadro de nuestra Señora 
está en esta situación.

Con la  fotografía que logré tomarle, con el debido permiso que me concedió el párroco anterior al que hay, le hice una restauración virtual en mi computador y luego con esa recreación logré pintar un óleo muy parecido al cuadro original.

Este es el cuadro al óleo que logré pintar.

En él, aparece Nuestra Señora, la Virgen sobre piedras, acompañada por veintiún ángeles; que posan sobre un árbol de brevas, que nació en un rocadal, o montón de piedras; Alí-Maimón con tres de sus hombres; cinco prisioneros de los que llevan, para degollar delante del califa Al-Mamún; la tolda de campaña, en donde posaban; y la fuente redonda, en donde la Virgen bautizó a Alí-Maimón.

Esta es la historia, que aprendí de boca del misionero español:

La Virgen de Sopetrán o Virgen sobre piedras, es una advocación que nació en el monasterio de los monjes Benedictinos, en España, después de que Nuestra Señora, descendió sobre un árbol de brevas o higuera, que había nacido en un rocadal, en el valle de Solanillos.

El cuadro al óleo, contiene los siguientes elementos:

La Imagen de la Virgen María; dieciocho ángeles que la acompañan; Alí-Maimón, el hijo del califa de Toledo y tres de sus soldados, en la parte inferior izquierda; cinco de los prisioneros que llevan, para matar en presencia del califa: Al-Mamún; el árbol de brevas, en donde posó Nuestra Señora; la fuente redonda, en donde Nuestra Señora bautizó a Alí-Maimón y le cambió el nombre por Petrán, palabra hebrea, que significa piedra, porque con esta piedra, Nuestra Señora montaría la iglesia católica en España; la escena se desenvuelve a eso de las cuatro y media de la mañana.

En España se celebra su fiesta, el día 8 de septiembre.

Ahora vean la última pintura que realicé de Nuestra Señora de Sopetrán, en la que suprimí, todas las joyas que los feligreses, le han regalado, por los favores que ella les concede.

Es bueno que sepan que cuando presenté esta pintura, ante un grupo de personas que se dicen religiosas, les pareció muy raro que no aparecieran las joyas, que  han sido, las causantes de acabar con la textura del lienzo; 
recuerden que cuando el óleo llegó de España, venía, tal como yo lo he pintado.

Por todas estas razones, he tenido que aguantarme cuarenta y dos años, a la feligresía, diciéndome mentiroso, pero me pueden seguir insultando, que yo me hago el loco.

Dicen que a palabras necias, oídos sordos y eso es lo que he tenido que hacer.

A continuación el nuevo óleo 
de Nuestra Virgen:

Como punto final les voy a regalar una recreación que hacen los antropólogos y los arquitectos, que manejan el proyecto de reconstrucción del viejo monasterio de Sopetrán en España.

Las ruinas reales de ese monasterio son estas:

Espero, es que la feligresía algún día, empiece a creer en las bondades de Nuestra Señora de Sopetrán, porque esta es la advocación que produce los milagros.

No es necesario que crean en mis relatos, porque yo no soy un profeta ni enviado especial del Señor y solo cumplo con mi tarea de investigar, sobre las raíces de nuestro pueblo.



Sopetrán, junio 21 del 2018.

Estimados coterráneos y amigos de este blog: Cuando yo tenía seis años, y de eso hace sesenta y seis, había en mi casa un libro en el cual se aseguraba que el nombre de Sopetrán se debía a un cacique indígena que llamaba José Petrán y vivía en las cercanías. Todos nos tragábamos el cuento y así lo comunicábamos a conocidos y a extraños, en la década del ochenta conocí a Darío y me facilitó un folleto que él editó en el que puso los conocimientos del misionero mencionado en esta entrada. Con esos conocimientos, Petrán ya no quedaba de este lado del charco, sino del otro. De esa fecha para acá es mucho lo que le he prendido a Darío. No hay qué mirar la sencillez con la que Darío se presenta en público para su calificación. Darío es un sabio y aunque hay muchos sabios en nuestro departamento son muchos los municipios que quieren tener un darío sevillano en su territorio que esté enseñando con ánimo a niños, a jóvenes, y a ancianos (qué cuentos de adulto mayor).

 No te desanimes Darío: Pa tras, ni pa coger impulso.

Gabriel Escobar Gaviria de los Gavirias de Sopetrán.

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