martes, 17 de julio de 2018

Darío se reafirma en lo dicho

Cada vez que Darío Sevillano Álvarez cuenta el relato de Nuestra Señora de Sopetrán, lo cambia
Darío Sevillano Álvarez

Esta es la expresión más común en algunos feligreses de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Sopetrán.

Para sacarles ese mito de encima, estoy escribiendo este relato, que tal vez logre convencerlos de que Nuestra Señora de la Asunción, no es la Virgen de Sopetrán que Francisco Herrera Campuzano, trajo a nuestras tierras.

Si recordamos muy someramente, que Herrera Campuzano, cuando era un niño, era llevado por su madre desde el caserío de Alcalá de henares, hasta el monasterio de Nuestra Señora de Sopetrán en España, para asistir a la Misa y a los oficios religiosos, debemos tener en mente, que allí aprendió a enamorarse de esta especial advocación de Nuestra Señora.

Y cuando llego a la vida adulta, y se graduó como Jurisconsulto, prometió que esa Virgen lo acompañaría, toda su vida.

Cuando el rey de España lo contrató para que viniera a América y fuera oidor de la Real Audiencia de Bogotá, el trajo consigo, una imagen de esa advocación, pintada al carboncillo, para que le sirviera como compañera de viaje.

Es importante recordar que no se amañó en la ciudad de Bogotá y que pidió autorización al rey de España, para movilizarse hasta la provincia que manejaba don Gaspar de Rodas Carvajal, que comprendía los departamentos de Antioquia, Caldas, Risaralda y Quindío, que se conocían como el viejo Caldas.

Herrera Campuzano llegó a esta provincia y lo primero que le pidió al gobernante Rodas, fue la información, sobre poblaciones de aborígenes americanos.
  

Rodas le indicó que, si subiría al morro de Padre Amaya, justamente por donde pasa el actual túnel y se descolgaría, hasta un río muy caudaloso, el Cauca, en todas sus orillas encontraría comunidades americanas muy bien establecidas.

Fue así como llegó con sus soldados y escribientes, hasta la comunidad de los guamas o guacas, que vivían en la orilla derecha del Cauca, desde Ebéjico hasta Peque

Eran las comunidades de los hevexicos, de San Jerónimo y Ebéjico; los guamas, comunidades asentadas en Sopetrán; y los peques, que se extendían hasta Peque y Sabanalarga.

Pero en la comunidad de los guamas, encontró una joya especial: Estos aborígenes, producían sal por evaporación en unas minas de agua salada que tenían en sus territorios.

Como la sal era un elemento de vital importancia, para el mantenimiento de los ganados que acababan de introducir, como los vacunos, ovinos, porcinos, caballares y mulares, de inmediato pensó en fundar una ciudad española en tierra firme, para asegurar la producción de sal en abundancia, sin el riesgo de tener que viajar, hasta el océano, en el golfo de Urabá, sin los peligros de las fieras y los dardos venenosos de los aborígenes.

La ciudad fue fundada, el 22 de febrero de 1616, con el nombre de la Virgen de sus preferencias, a la cual llamó Viceparroquia de Nuestra Señora del saladito de Córdoba.

De inmediato mandó un emisario a la ciudad de Santa Fe de Antioquia, para que contratara con los pintores, que estaban decorando los templos de esa ciudad, para que le pintaran una imagen, de la Virgen de Sopetrán que había traído como compañera, desde España.

La Virgen que lo acompañaba era esta:

En la parte de encima, dice en idioma latino: «Celebramos la natividad de María» y en la parte de abajo, dice: «Nuestra Señora de Sopetrán».

Observen que por ninguna parte aparece el nombre de Nuestra Señora de la Asunción.

El día 14 de agosto del año 1616, el primer óleo de Nuestra Señora de Sopetrán es trasladado procesionalmente desde la ciudad de Santa Fe de Antioquia, hasta la capilla de Nuestra Señora del Saladito de Córdoba.

El cuadro que le pintaron fue esta preciosa imagen, que hoy cuenta con cuatrocientos dos años:


Esta imagen, reposa en un rincón de San alejo que hay en la parroquia de Córdoba y cuando el señor gobernador de Antioquia, nos mandó una comisión de expertos que querían restaurarla, el señor cura de esa parroquia, no la quiso mostrar.

Recuerden que la restauración puede valer unos quince o veinte millones de pesos.

El primer historiador que habló de esta procesión fue don Miguel Martínez, un ilustre santafereño, pero como a él se le pareció a Nuestra Señora de la Asunción, escribió así:

«En la esplendorosa mañana del día 14 de agosto de 1616, salió de la ciudad de Santa Fe de Antioquia hacia Sopetrán, una muy devota y piadosa procesión, en que era conducida, la imagen bella y milagrosa, de Nuestra Señora del Tránsito; encantador desfile de caballeros de Golilla y de indios que entonaban rezos y portaban luminarias. Fue colocado el cuadro en la humilde capilla y el día 15, se le hizo una solemne misa, se cantó una salve y se hizo procesión».

El historiador, asumió que era la Virgen de la Asunción, porque el traslado y la inauguración del óleo se hicieron el día quince de agosto, fecha en que se celebra la Asunción de Nuestra Señora, llevada por los ángeles al cielo.

Con esta evidencia en la mano, podemos ver claramente, que desde esa fecha, hasta el año de 1978, todos a una creíamos que nuestra Virgen era la Virgen de la Asunción.

Pero recuerden que esa pintura fue concebida por el carboncillo que trajo Herrera Campuzano, para que le pintaran a Nuestra Señora de Sopetrán.

Antes de seguir adelante, quiero mostrarles un óleo de mi autoría, que pinté inspirado en la pintura que le hicieron a Herrera Campuzano, en Santa Fe de Antioquia.

Más tarde cuando ya estábamos establecidos en donde hoy es Sopetrán, la reina Mariana de Austria, que gobernaba a España por encargo, dada la razón de que su hijo, que era el heredero del trono, no tenía la mayoría de edad, nos mandó de regalo, el cuadro que tenemos exhibido en la basílica de Nuestra Señora de la Asunción, que tiene grandes parecidos al óleo que le pintaron a Herrera Campuzano, y lo seguimos venerando, como si fuera Nuestra Señora de la Asunción.

Aunque los historiadores, no dan la fecha exacta, de la llegada de este cuadro a ciudad de Sopetrán, se puede enmarcar entre el 17 de septiembre de 1665, y el 6 de noviembre de 1675, que fueron los años en que doña Mariana gobernó a España.

El cuadro que ella nos donó es este:

Si comparamos esta imagen, con una de Nuestra Señora de la Asunción, hasta las personas menos instruidas, se dan cuenta de inmediato, que son dos advocaciones distintas, claro está, que a la luz del dogma católico, la Virgen es la misma en todas sus advocaciones.

Veamos una Virgen de la Asunción:

Del cuadro que nos donó doña Mariana de Austria, también hice una réplica, pero le suprimí todas las joyas, que los feligreses, le han regalado, por los continuos milagros, que siempre nos ha concedido; y le refresqué, las partes del óleo, que se han perdido, porque esa obra, también tiene unos trescientos cincuenta años.

Pero algunos feligreses han dicho que soy muy atrevido porque cambié el cuadro de la patrona; les aseguro que todos esos cambios, fueron vistos en mi computador, por los tres sacerdotes que tutelan la parroquia y que se quedaron extasiados de ver, cómo las herramientas de la tecnología de punta, nos muestran la verdadera imagen que contiene el óleo.

Veamos ese interesante óleo:
 
En él, no se ven las estrellas, ni el rosario, ni la corona, ni las demás joyas; aquí aparece el árbol de brevas, en donde Nuestra Señora poso suavemente; está la soldadesca de Alí-Maimón y un grupo de prisioneros; también aparece la fuente redonda, en donde la Virgen bautizó a Alí-Maimón.

No veo por ninguna parte mi pecado que cambió la pintura de la Virgen.

Ahora miremos cómo cambió el relato de nuestra Virgen y por esa razón dejó de ser Nuestra Señora de la Asunción y se convirtió en Nuestra Señora de Sopetrán.
Cuando llevábamos 362 años de no saber la verdadera historia de Nuestra Preciosa Virgen, aparece en Sopetrán, en el año de 1978, un ilustre sacerdote español, llamado Domingo García y García, que viene desde su tierra, para investigar por qué este pueblo se llama Sopetrán.

Lo llevo al templo y le cuento que nuestra Señora es la Virgen de la Asunción, él se queda pensativo, saca una fotografía de la Virgen de Sopetrán y me dice con mucho respeto:

—Ustedes están equivocados, esta no es la Virgen de la Asunción, sino una Virgen española de mucho prestigio, porque allá en mi tierra, la veneran en muchas parroquias.

Luego se toma la molestia de explicarme que significa cada una de las figuras que hay en el cuadro y con estas explicaciones, me montó en la loca, porque varios sopetraneros, andan creyendo que yo les cambié la mamá por un alpargate.

Pero estoy decidido a dar la pelea, porque afortunadamente, tengo la razón y si he hecho cambios en el relato, es porque en las ciencias biológicas y en las sociales, no hay verdades absolutas, sino relativas, a las investigaciones que se van haciendo y como me gusta estar al orden, con la historia de mi patrona, muchas veces voy a cambiar los relatos, aunque a algunos no les guste.


Sopetrán, 15 de julio del 2018.



sábado, 14 de julio de 2018

Descubriendo la verdad

Un periplo, imposible de manejar
Darío Sevillano Álvarez


La sabiduría popular, en sus refranes, dichos y frases célebres, propone la solución para cualquier circunstancia y podemos citar, para este caso: 

“La ignorancia es muy atrevida”.

En el año de 1978, por un accidente del destino, me encontré con un ciudadano español, que era misionero y que quería conocer la patrona de nuestro pueblo.

Con mucha tranquilidad, lo llevé a nuestro templo parroquial y le mostré las dos imágenes, que para nosotros representaban a nuestra patrona, que para esa época, era Nuestra Señora de la Asunción, que la teníamos en bulto, tallado en madera y un cuadro pintado al óleo en España y donado por la Reina Mariana de Austria, que gobernaba, por su hijo, que aún no tenía la mayoría de edad.

Pero cuál sería mi sorpresa, cuando el misionero español, me dijo con mucho respeto: 

—Ustedes están equivocados con la interpretación que le dan a este cuadro, porque no es de la Virgen de la Asunción, sino de una Virgen española, que se llama nuestra Señora de Sopetrán.

Casi que me da un infarto por la sorpresa y la alegría, que este relato me producía, dada la razón de que mi vocación era ser un buen historiador y este sería mi primer acierto, para contarles a los sopetraneros, que contábamos con una virgen propia.

Y mi alegría era mayor, porque el misionero se tomó la bondad de explicarme qué significaban las figuras que el cuadro tenía pintadas.

Cuando el misionero se marchó, me dirigí al sacerdote Humberto Torres Osorno, que hacía las veces de Párroco de nuestro pueblo; él me pidió un favor: 

—No hagamos ningún escándalo, hasta cuando yo investigue, con algunos religiosos españoles, que son amistosos conmigo y cuando tengamos esa información, le contamos a la feligresía.

La constatación de los datos se tomó unos ocho meses, porque para esa época, no había tecnología de punta en las comunicaciones, como la que disfrutamos en estos tiempos.

Mientras eso ocurría, el misionero se fue  a visitar su familia, y de regreso, me trajo unos documentos que me enviaba la historiadora, Doña Julie Sopetrán, que por pura casualidad, era hija, del dueño, en donde estaba el extinguido monasterio de Nuestra Señora de Sopetrán en España.

En este mismo momento empezó mi calvario, porque algunos feligreses  empezaron a lazarse contra mí, porque ellos no concebían la idea de que nuestra Virgen del cuadro no fuera Nuestra Señora de la Asunción y lo más grave, es que hay algunas feligresas que aseguran no creerme porque cada vez que cuento el relato de Nuestra Señora de Sopetrán, lo cambio.

Esta circunstancia radica, en que cada que sabemos un dato nuevo de Nuestra querida Virgen, lo agrego al relato; pero esas personas,, no saben que en las ciencias sociales, las ciencias naturales y todas aquellas, que no sean ciencias exactas, como las matemáticas, no existen verdades absolutas y todas son relativas, a las investigaciones que se van haciendo.

Es posible que a lo largo del tiempo, las investigaciones modernas revelen nuevos hallazgos, sobre nuestra especial Virgen y tendremos que seguir cambiando los relatos, para mantenernos bien informados, sobre la figura religiosa, más importante que tenemos en nuestro templo parroquial.

La única circunstancia benéfica que nos protege de esas personas  es nuestro Rector de la Basílica, el padre Rogelio Rodríguez y sus dos colaborados en el servicio religioso.  Ellos creen en nuestros relatos y nos estimulan para que sigamos adelante en nuestro propósito de investigar al máximo, sobre nuestra Preciosa Virgen Negra.

A continuación, les regalo la historia que el misionero me regaló, las oraciones que los españoles le rezan a esta preciosa advocación que es la patrona en Hita, Torre del Burgo, Almoharín, Jarandilla de la Vera, Murcia y Madrid y es una Virgen muy especial en la parroquia de Badajoz.

Entre los pueblos de América, desde Alaska hasta la Patagonia, el único pueblo que tiene la grandeza de tenerla como Patrona, es nuestro pueblo, Sopetrán.

Oraciones a nuestra Señora de Sopetrán, para todos los días.

Soberana Señora Virgen María Sopetrana, patrona de nuestro pueblo y nuestra especial abogada, cuya antigua advocación quiere decir sobrepiedras, y Vos lo sois sobre las más preciosas por vuestras virtudes, prerrogativas y gracias, 

A Vos, excelente piedra, no para engaste de diademas terrenas, sí empero para coronas de los Santos, vuestros favorecidos devotos os tributamos esta oración, compuesta de nueve preciosas piedras, que engastadas en lo humilde de nuestros corazones, ofrecemos a vuestra Majestad, Implorando rendidamente vuestro patrocinio en todas nuestras aflicciones de cuerpo y alma; y también para que nos alcancéis la gracia particular, que os pedimos en ella, si es para gloria de Dios y provecho de nuestras almas.

Sacratísima Virgen María Sopetrana, Judit misteriosa, y graciosa libertadora de los cristianos, los que oprimidos del mahometano rigor, gemían entre prisiones y grillos, implorando vuestro maternal amparo, el que no tardó a sus ruegos, pues bajando Vos del cielo, llenando vuestra piedad de resplandores la Tierra, disteis libertad al Cristiano Pueblo y deshaciendo las huestes enemigas con su capitán el infante Alí Maimón, a quien Vos propia disteis el santo bautismo, quedó sosegada esta tempestad. Por tanto, piadosísima María, os suplicamos nos libertéis de los más fieros enemigos nuestros, mundo, demonio y carne, y de las más crueles presiones que nos atribulan: Los pecados, y nos atraigáis a la libertad de hijos del verdadero Jesucristo nuestro Señor, a quien sea gloria eterna. Amén.

¿Cómo llegó Nuestra Señora de Sopetrán, a nuestra tierra?

Después de la fundación de nuestro pueblo, en el caserío de Córdoba, nuestro fundador, Francisco Herrera Campuzano, contrató la pintura de la Virgen de Sopetrán, con los pintores que estaban en Santa Fe de Antioquia y el día 14 de Agosto de 1616, el cuadro al óleo fue traído procesionalmente desde Santa fe, hasta la Viceparroquia de Nuestra Señora del Saladito de Córdoba, por el camino de herradura, que pasaba por el paso real y luego tomaron el callejón de El Rodeo, hasta la placita, pasaron la quebrada la Sopetrana y se desviaron por el sendero de la Batea, hasta Córdoba.


Imagen pintada al carboncillo, que trajo, Francisco Herrera Campuzano, para que le pintaran la Virgen que nos donó:

Es importante decir que este cuadro nos acompaña hace cuatrocientos dos años y Nuestra Señora, siempre ha estado dispuesta a concedernos sus favores.

Este cuadro, está metido en un rincón de San Alejo en la casa parroquial de Córdoba, en circunstancias muy desfavorables, sin que los que lo custodian sepan la importancia que tiene para los sopetraneros, porque fue el regalo que don Francisco Herrera Campuzano nos hizo, hace cuatrocientos dos años.

Con muchas intrigas de mi parte y con la ayuda del ilustre sopetranero, el doctor Raúl Tamayo Gaviria, conseguimos que el señor gobernador del Departamento, el doctor Luis Pérez Gutiérrez, mandara una comisión de expertos del museo de Antioquia, para que miraran el cuadro y luego iban a gestionar la forma de llevarlo al museo, para restaurarlo, pero no fue posible que el sacerdote de Córdoba, lo mostrara y solo les informó, que el único óleo que había en su parroquia, era el de Nuestra Señora del Socorro, otra importante advocación de nuestra Señora la virgen María.

El óleo de Nuestra Señora del Socorro, es precioso y conserva el marco original de la época de la colonia española; en él se representa a Nuestra Señora que protege a una niña, que satanás, fuerza del mal, se quiere llevar,  el óleo es propiedad de la parroquia de Córdoba, que eclesiásticamente se llama, parroquia de San Roque, pero en la colonia se llamaba viceparroquia de nuestra Señora del Saladito de Córdoba.

El cuadro de nuestra Señora 
está en esta situación.

Con la  fotografía que logré tomarle, con el debido permiso que me concedió el párroco anterior al que hay, le hice una restauración virtual en mi computador y luego con esa recreación logré pintar un óleo muy parecido al cuadro original.

Este es el cuadro al óleo que logré pintar.

En él, aparece Nuestra Señora, la Virgen sobre piedras, acompañada por veintiún ángeles; que posan sobre un árbol de brevas, que nació en un rocadal, o montón de piedras; Alí-Maimón con tres de sus hombres; cinco prisioneros de los que llevan, para degollar delante del califa Al-Mamún; la tolda de campaña, en donde posaban; y la fuente redonda, en donde la Virgen bautizó a Alí-Maimón.

Esta es la historia, que aprendí de boca del misionero español:

La Virgen de Sopetrán o Virgen sobre piedras, es una advocación que nació en el monasterio de los monjes Benedictinos, en España, después de que Nuestra Señora, descendió sobre un árbol de brevas o higuera, que había nacido en un rocadal, en el valle de Solanillos.

El cuadro al óleo, contiene los siguientes elementos:

La Imagen de la Virgen María; dieciocho ángeles que la acompañan; Alí-Maimón, el hijo del califa de Toledo y tres de sus soldados, en la parte inferior izquierda; cinco de los prisioneros que llevan, para matar en presencia del califa: Al-Mamún; el árbol de brevas, en donde posó Nuestra Señora; la fuente redonda, en donde Nuestra Señora bautizó a Alí-Maimón y le cambió el nombre por Petrán, palabra hebrea, que significa piedra, porque con esta piedra, Nuestra Señora montaría la iglesia católica en España; la escena se desenvuelve a eso de las cuatro y media de la mañana.

En España se celebra su fiesta, el día 8 de septiembre.

Ahora vean la última pintura que realicé de Nuestra Señora de Sopetrán, en la que suprimí, todas las joyas que los feligreses, le han regalado, por los favores que ella les concede.

Es bueno que sepan que cuando presenté esta pintura, ante un grupo de personas que se dicen religiosas, les pareció muy raro que no aparecieran las joyas, que  han sido, las causantes de acabar con la textura del lienzo; 
recuerden que cuando el óleo llegó de España, venía, tal como yo lo he pintado.

Por todas estas razones, he tenido que aguantarme cuarenta y dos años, a la feligresía, diciéndome mentiroso, pero me pueden seguir insultando, que yo me hago el loco.

Dicen que a palabras necias, oídos sordos y eso es lo que he tenido que hacer.

A continuación el nuevo óleo 
de Nuestra Virgen:

Como punto final les voy a regalar una recreación que hacen los antropólogos y los arquitectos, que manejan el proyecto de reconstrucción del viejo monasterio de Sopetrán en España.

Las ruinas reales de ese monasterio son estas:

Espero, es que la feligresía algún día, empiece a creer en las bondades de Nuestra Señora de Sopetrán, porque esta es la advocación que produce los milagros.

No es necesario que crean en mis relatos, porque yo no soy un profeta ni enviado especial del Señor y solo cumplo con mi tarea de investigar, sobre las raíces de nuestro pueblo.



Sopetrán, junio 21 del 2018.

Estimados coterráneos y amigos de este blog: Cuando yo tenía seis años, y de eso hace sesenta y seis, había en mi casa un libro en el cual se aseguraba que el nombre de Sopetrán se debía a un cacique indígena que llamaba José Petrán y vivía en las cercanías. Todos nos tragábamos el cuento y así lo comunicábamos a conocidos y a extraños, en la década del ochenta conocí a Darío y me facilitó un folleto que él editó en el que puso los conocimientos del misionero mencionado en esta entrada. Con esos conocimientos, Petrán ya no quedaba de este lado del charco, sino del otro. De esa fecha para acá es mucho lo que le he prendido a Darío. No hay qué mirar la sencillez con la que Darío se presenta en público para su calificación. Darío es un sabio y aunque hay muchos sabios en nuestro departamento son muchos los municipios que quieren tener un darío sevillano en su territorio que esté enseñando con ánimo a niños, a jóvenes, y a ancianos (qué cuentos de adulto mayor).

 No te desanimes Darío: Pa tras, ni pa coger impulso.

Gabriel Escobar Gaviria de los Gavirias de Sopetrán.

martes, 10 de julio de 2018

Nuestra Señora del Carmen

Historia de Nuestra Señora del Carmen
Darío Sevillano Álvarez

Nuestra Señora del Carmen, Nuestra Señora del Carmelo o Santa María del monte Carmelo es tal vez la advocación más antigua de Nuestra Señora la Virgen María, que tiene la Iglesia católica.

La palabra carmelo, viene de una palabra hebrea que traduce el jardín y que se escirbe Al-Karem את הגן

Ese Al-Karem, es el famoso monte Carmelo, el jardín o la villa de Dios, en donde se conoció la famosa historia del antiguo testamento, que narra el Primer Libro de los reyes.

Sobre sus orígenes, en el Primer Libro de los Reyes, se habla del profeta Elías cuando se presentó la gran sequía que sufría el país y de los sacrificios ofrecidos en el monte Carmelo.

Fue entonces cuando Elías prometió a Dios que el rey Ajaab y el pueblo abandonarían al dios Baal para que El terminara con la sequía que asolaba a la región.

Después de varias veces que Elías subió al momento, apareció una gran señal:

«Cuando volvió la séptima vez, subía desde el mar una nubecita no más grande que la palma de la mano» (1 Re 18,44).

A partir de entonces el monte Carmelo, ubicado al oeste del lago Galileo y cuyo nombre significa jardín, se convirtió en un lugar sagrado, hasta donde llegaron a vivir ermitaños que se dedicaban a rezar y que con el paso de los siglos fueron llamados carmelitas.

Estos hombres, que se entregaron a la oración y a la penitencia en el desierto, comenzaron con los años a invocar a María con el nombre de Santísima Virgen del Monte Carmelo.

En el siglo XIII, el patriarca Latino de Jerusalén, delegado papal en Tierra Santa, les pidió a los ermitaños del monte Carmelo que ordenaran su estilo de vida, lo cual se concretó gracias a los papas Honorio III e Inocencio IV.

De esta manera, nació la orden religiosa de los padres carmelitas, que se extendió por el mundo tanto en su rama masculina y en la femenina.

Posteriormente en el siglo. XVI Santa Teresa de Jesús, doctora de la Iglesia es la reformadora del Carmelo descalzo reimpulsando la fuerza de su regla original, de oración y clausura y es así como se difunde a América.

En 1690, la rama femenina carmelita se extendió a Chile, mediante la fundación del primer monasterio chileno: el Carmen Alto de San José en Santiago.

Con el tiempo y la abundancia de las vocaciones nacieron otros conventos, desde el Monasterio de Los Andes, nuestra primera santa, Teresa de Jesús de Los Andes.

Respecto del origen del mensaje de la Virgen del Carmen, éste está en Inglaterra.

El domingo 16 de julio de 1251, San Simón Stock, Superior General de los padres carmelitas del convento de Cambridge, estaba rezando por el destino de su orden, cuando se le apareció la Virgen María.

Estaba Ella vestida de hábito carmelita, llevaba al Niño Jesús en sus brazos y en su mano el escapulario, que le entrega diciendo: «Recibe hijo mío este escapulario de tu orden, que será de hoy en adelante señal de mi confraternidad, privilegio para ti y para todos los que lo vistan. Quien muriese con él, no padecerá el fuego eterno. Es una señal de salvación, amparo en los peligros del cuerpo y del alma, alianza de paz y pacto sempiterno». (Novena de Nuestra Señora del Carmen, Santiago, carmelitas descalzos, 1942, pag. 30; Matte y Domínguez, el escapulario del Carmen, pág. 9).

Es importante contarles a todos los devotos de Nuestra Señora del Carmen, que es la advocación de la Virgen que preside más parroquias en los cinco continentes.

Recordemos que la Iglesia Católica celebra esta festividad con mucho entusiasmo, el día 16 de Julio de cada año.


Sopetrán 4 de julio del 2018.



Invitación a la fiesta del Carmen

Sopetrán, Julio 5 del 2018.

El Rector de la Basílica de nuestra Señora de Sopetrán y sus vicarios cooperadores, invitan a toda su feligresía,  y a todos aquellos, que no siendo feligreses, deseen vincularse a los actos religiosos, que se celebrarán con motivo de la festividad de nuestra Señora del Carmen, entre los días: Sábado siete y el día Lunes diez y seis de julio, día clásico de Nuestra querida Virgen.

La Virgen del Carmen es la advocación más antigua de Nuestra Señora, que se venera desde veintidós siglos atrás..
Además es importante recordar, que es la patrona de los conductores y la más noble abogada, para la hora de la buena muerte, si cargamos su escapulario.

Los esperamos a todos en los actos religiosos de cada día de la novena, que empezará el día siete de Julio.

Todos los días habrá rosario de la aurora a las seis de la mañana y en las tardes la Eucaristía, la salve y la novena.
Recuerden que sus ofrendas voluntarias, son el aporte económico, para mantener las obras parroquiales y para cubrir los gastos de la fiesta.
En estas novenas, estarán como alféreces: Coomotur; los catequistas; la administración municipal; El grupo juvenil; el banco agrario; la cooperativa financiera de Antioquia; el EPAP; el hospital Horacio Muñoz Suescún; el grupo de lectores; la tercera edad; la legión de María; la Normal Santa Teresita; la comunidad de hijos de los corazones de Jesús y de María; el grupo de artesanos de paz; el comercio organizado; La Infancia misionera; el grupo de San Vicente; la Policía Nacional; El Carmelo misionero seglar; y los señores conductores.

No se olviden de ninguna manera, de asistir a la solemne procesión del día 16 de Julio.

                         .

lunes, 9 de julio de 2018

La Virgen de Chiquinquirá

Virgen de Chiquinquirá, o la Chinca, patrona de Colombia
Darío Sevillano Álvarez


1. ¿Cuál es origen de la sagrada imagen?

Cuenta la historia que en 1560 llegó como encomendero al pueblo de Suta, Boyacá, el español Antonio de Santana, quien como buen cristiano por intermedio del hermano dominico Andrés Jadraque, encargó en Tunja a don Alonso de Narváez una imagen de la Virgen del Rosario

2. ¿Y cómo se hizo esta pintura?

Se hizo con mezcla de tierras de colores y zumo de hierbas y flores en un lienzo tejido por los indios. Como la tela era más ancha que larga, para llenar los espacios el pintor puso a la derecha a San Antonio de Padua por ser el santo del encomendero y a la izquierda, a San Andrés Apóstol patrono del religioso que había encargado pintar la imagen. El pintor cobró por este trabajo veinte pesos oro.


3. ¿Y entonces qué pasó con el cuadro?

Terminado y entregado el cuadro fue colocado en 1562 en la capilla que Santana había construido en su hacienda de Suta para tal fin. Como ésta era de paja y bahareque; pronto se hicieron goteras y el agua dañó tanto la pintura que el padre Leguizamón la hizo quitar del altar y se la entregó a Santana, quien mandó el lienzo como inservible a los aposentos de Chiquinquirá en 1578, después de haber permanecido en Suta dieciséis años.

4. ¿Cómo es qué María Ramos halla y rescata el cuadro abandonado?

A principios de 1585 llegó de España María Ramos acompañada de sus dos hijos, en busca de su marido Pedro de Santana, quien residía en Tunja, pero por el mal trato que éste le daba, pasó a vivir con la viuda de Antonio de Santana, Catalina de Irlos, en los aposentos de Chiquinquirá, sitio en aquel entonces apenas conocido y despoblado bajo la jurisdicción de Suta.

Estaba María Ramos arreglando la habitación y con deseos de adquirir una imagen de la Virgen, cuando vio en un cuarto donde dormían los animales, un lienzo abandonado en el que apenas se notaban rastros de alguna pintura, sin que se pudiera descifrar de quién era. Al saber María Ramos que en ese lienzo se había pintado la imagen de la Virgen, que Santana lo había mandado como inservible y que allí lo habían utilizado para asolear trigo, afligida por el descuido con que habían tenido dicha imagen, la arregló como pudo y la colocó en la pared del cuarto donde diariamente rezaba el Santo Rosario.

En esta pequeña capilla, se realizó el milagro de que el óleo volviera a tomar sus colores originales, este parque queda, dos cuadras más abajo de la basílica.

5. ¿Cómo fue la milagrosa renovación del lienzo?

El viernes 26 de diciembre de 1586, hizo María Ramos su acostumbrada oración y a eso de las nueve de la mañana iba saliendo del oratorio al tiempo que pasaba por frente a la puerta la india Isabel con un niño de cuatro años llamado Miguel, quien mirando hacia adentro exclamó:

—Miren, miren.

Volvió a mirar la india y asombrada gritó a María Ramos que ya estaba en la puerta, diciéndole:

—Mire, mire, Señora, que la Madre de Dios está en vuestro asiento y parece que se está quemando.

Volvió a mirar María Ramos, y llena de asombro vio que la sagrada imagen estaba en el suelo y despedía grandes resplandores que iluminaban el cuarto; corriendo se postró a los pies de la imagen y vio que en el lienzo aparecía bien delineada y en vistosos colores la imagen de la Santísima Virgen con el Niño en sus brazos y el rosario en la mano; a los lados aparecían las imágenes de San Antonio y San Andrés.

Poco a poco fueron cesando los resplandores y después de una hora María Ramos ayudada de otras personas levantó el cuadro y lo colocó en el sitio en que antes estaba. El rostro de la Virgen permaneció todo aquel día encendido y después quedó la pintura tal como hoy en día aparece.

6. Se dice que esta misteriosa iluminación se repitió ante numerosas personas el 30 de julio de 1588 y el 5 de enero de 1589.

7 ¿Qué comprobación Jurídica tienen estos hechos?

Este suceso se propagó por todas partes, e inmediatamente fueron acudiendo caravanas de peregrinos a contemplar la sagrada imagen renovada. Entre ellos un ciego que, lleno de fe, comenzó a rezar el Santo Rosario y antes de terminarlo recobró completamente la vista.

Los extraordinarios milagros, que principiaron a obrarse por intercesión de la Virgen cuya imagen de esta forma se veneraba, hicieron que se llevara a cabo un proceso investigativo de estos hechos. Se indagó a María Ramos, a los testigos y a los que habían sido favorecidos con los milagros. El tribunal de investigación comprobó lo extraordinario y sobrenatural de este acontecimiento.

Esta es la parte frontal de la pequeña capilla, 
en donde Nuestra Señora de Chiquinquirá, renovó los colores.

8. Hablemos de la construcción del primer templo en Chiquinquirá.

La gran afluencia de peregrinos hizo que se creara la Parroquia de Chiquinquirá el 10 de abril de 1588. En agosto del mismo año, vino en peregrinación el arzobispo Fray Luis Zapata de Cárdenas quien tomó declaraciones a María Ramos y examinó algunas curaciones milagrosas y convencido del carácter sobrenatural de los hechos, el 17 del mismo mes puso y bendijo la primera piedra para iniciar la construcción del primer templo de Nuestra Señora, en el sitio donde se renovó.

Algunas de las personas que viajaron conmigo 
a esta prestigiosa ciudad.

9. ¿Cuándo por qué y quién entregan a los padres dominicos la guarda del Santuario?

En febrero de 1633 el Arzobispo de Santa Fe, Bernardino de Almanza visitó el Santuario de Chiquinquirá y al hallarlo con indecencia y poca autoridad y sin la veneración debida, vio conveniente que el servicio de la Santísima Virgen y aumento de su culto, se entregase el Santuario a Religiosos que engrandecieran el culto. Fue así como la Comunidad de padres dominicos tomaron posesión en propiedad de la sagrada imagen y del templo aún en construcción el 30 de mayo de 1636.

Desde entonces los dominicos establecieron un culto religioso en el Santuario cuyo esplendor no ha sido superado en América.

10. Hablemos de la construcción de la basílica.

Como el lugar donde se renovó la imagen era muy húmedo y poco firme el piso, y los templos allí construidos se derrumbaban por los temblores; se buscó un sitio más firme, y bajo la dirección del arquitecto hermano Domingo de Petrés, se inició la construcción de la basílica en enero de 1796 adonde fue trasladada la sagrada imagen en 1813. Terminado el templo cuya construcción duró 27 años, fue consagrado por el obispo Rafael Lasso de la Vega, el 23 de septiembre de 1823, y declarado basí­lica menor el 18 de agosto de 1927.

Este es el parque, en donde está situada la pequeña capilla, que en un lado muestra el sendero subterraneo, en donde se operó el milagro.

11. Favores Extraordinarios.

Desde cuando se renovó la sagrada imagen de la Virgen se han venido obrando los más estupendos milagros, a diario se presentan curaciones milagrosas de enfermos desahuciados, incrédulos convertidos. Es conmovedor ver a centenares de pecadores que después de quince, veinte y hasta treinta años sin confesión, al ver la sagrada imagen algo extraordinario los mueve a cambiar de vida y arrepentidos piden confe­sión. El más incrédulo se conmueve al ver el fervor con que los peregrinos acuden a venerar a la Santísima Virgen, que llorosos y confiados exponen ante ella sus necesidades con una fe que asombra a los mismos sacerdotes.

Nave central de la pequeña capilla.

12. ¿Cómo así que la Virgen donó sus joyas para la causa de la independencia?

En 1815 viéndose el ejército patriota sin recursos para proseguir la campaña libertadora, el tribuno del pueblo, José Acevedo y Gómez, acudió a los guardianes del Santuario, quienes en nombre de la Virgen entregaron para el sostenimiento de la campaña libertadora, las joyas de la Virgen consistentes en collares, zarcillos, cadenas, cruces, sortijas, cintos, rosarios y medallones, todo de oro y plata con esmeraldas incrustadas. Gracias a este donativo los patriotas pudieron llevar a cabo nuestra independencia de España. En agradecimiento, Bolívar visitó tres veces el Santuario: en enero de 1821, en septiembre de 1827 y el 19 de junio de 1828 a su regreso de Bucaramanga, llega a Chiquinquirá y se presenta en la casa cural, toca a la puerta y dejando su mula a un lado, sudoroso y con el traje empolvado saluda al cura y pregunta:

—Habrá algún inconveniente para ir ahora a la iglesia?

El cura respondió:

—No, excelencia, y aunque la hubiera...

—Pues hágame abrir —dijo Bolívar y entró, se arrodilló y oró ante el cuadro por largo rato.

Lugar exacto, en donde se operó el milagro 
de la restauración de los colores naturales.

13. ¿Cómo se sustrajeron el milagroso cuadro del santuario?

El 21 de abril de 1816, el comandante de las fuerzas patriotas, general Serviez, sacó del templo la sagrada imagen y en un cajón cubierto con una tolda de campaña la llevó en compañía de sus tropas con el fin de que los fieles por seguir a la Virgen ingresaran en las filas de su lánguido ejército. Así siguió hasta llegar a Cáqueza donde el 9 de mayo fue rescatada por los realistas y devuelta a su santuario.

14 ¿Cuándo fue coronada canónicamente y declarada Reina de Colombia?

En 1908 se pidió a la Santa Sede la coronación canónica de la sagrada imagen, petición, que fue despachada favorablemente el 9 de enero de 1910. Comisionado para ejecutar el decreto Monseñor Eduardo Maldonado Calvo.

Se llevó la imagen a Bogotá con ocasión del Primer Congreso Mariano Nacional y el 9 de Julio de 1919 después de la misa pontifical, y en presencia del presidente de la República Marco Fidel Suárez, el nuncio apostólico, varios arzobispos y obispos, el Cuerpo Diplomático, el Ejército y gran multitud de fieles, fue solemnemente coronada y proclamada Reina de Colombia, en el atrio de la basílica.

Laberinto subterraneo, que conduce 
al lugar del famoso milagro.

15. Hagamos una descripción del cuadro.

El cuadro mide 1,13 m de alto por 1,26 m de ancho; la imagen de la Santísima. Virgen mide 1,05 m, está de pie sobre la media luna, des­tacándose su modesta actitud y su inefable sonrisa; sus ojos entrecerrados la revisten de una hermosura admirable que mueve a un santo recogimiento, fenómeno ponderado por muchos que se han detenido a contemplarla. Lleva sobre la cabeza una toca blanca, la túni­ca es rosada y el manto azul celeste, un rosario cuelga de la mano izquierda; y en la derecha tiene un cetro; el Niño sustenta en la izquierda un rosario y en la derecha un pajarito. A primera vista se descubren los vestigios de las goteras que corrieron sobre la pintura. Un fuerte cristal alemán protege el lienzo desde 1897.

Esta crónica, es un fino regalo del historiador santafereño, doctor Luis Horacio Lora.

Las fotografías fueron tomadas en nuestro viaje al departamento de Boyacá el 20 de junio del 2017.



Sopetrán, 6 de julio del 2018.