miércoles, 30 de octubre de 2013

Máquina de maravillas, o el Rosario rezado de verdad

Por P. Miguel Ruiz Tintoré 





Máquina de Maravillas o el Rosario bien Rezado
del padre Miguel Ruiz Tintoré


Publicado en octubre (mes del Rosario) de 2013 por la Asociación ARVO (Casablanca Comunicación, Salamanca).


Siempre he amado el Rosario a corazón batiente. Bajo la acción, que pido, del Espíritu Santo, hágase hoy y aquí la mezcla y cocimiento de todo lo vivido, de todo lo leído, de todo lo atesorado en tantos años que han erosionado tantas cuentas. La acción del Espíritu Santo, en realidad, ya la tengo, en la forma de las reflexiones y la sabiduría de un franciscano conventual que vive en Argentina y que desde hace tiempo es un amigo del alma de mi alma. Vamos a hablar del Rosario; pero, o tigres me coman vivo, o he de hacerlo de tal modo, que cada uno de los lectores encuentre una manera de mejorar su rezo.

Beato Juan PabloII 
Carta apostólica 
Rosarium Virginis Mariæ
Mi fraile —yo he guardado casi todo lo que me escribe— declara: «Mire, padre, el Rosario es un camino, pero en mi caso, es “el camino”». Para él, el Rosario no es una devoción, sino que puede ser todo un camino «y hacerse el centro de la vida». Y me cuenta cómo el padre Pío rezaba quince Rosarios diarios (mi máximo son ocho.). Y añade: «Cuando yo hablo de oración, tradúzcase “rosario” […]. No tengo otra fuente que no sea el Santo Rosario», y del Rosario saca sus homilías, charlas y retiros, a pesar de que hace una lectio de la Sagrada Escritura de no sé cuántas horas. Es un camino legítimamente central para aquellos a quienes el Espíritu quiera llevar por ahí. Toda la espiritualidad puede beberse de María, por lo mismo que no hay virtud que no esté entera en su Corazón. No haya remilgos críticos, que el Rosario es una oración eminentemente centrada en Jesús, y si queréis una prueba y un símbolo de ello, el Beato Juan Pablo II recordaba que «… el centro del Avemaría […] es el nombre de Jesús»[1]. Y María, como siempre, «no es el centro, pero está en el centro». Eso, para los que ya encendían aquella hoguera de allá.

El Rosario bueno y el Rosario de pacotilla

Ay, el Rosarín que no se cree nadie. Ay, el pseudorrosario de los papagayos… Hay que explicar qué es y qué no es el Rosario.

Pablo VI
Exhortación apostólica 
Marialis cultus
El Rosario no es de ninguna manera una oración exclusivamente vocal. Quienes rezan el Rosario por el sencillo procedimiento de rezar padrenuestros y avemarías, y a cada diez enunciar —sin contemplar— un misterio, no rezan el Rosario: lo fingen. Rezar cuatro partes del Rosario sin contemplar los misterios es rezar una parte muy pequeña del Rosario. Se puede hablar a María sin hablar a María, lo mismo que hay tantos que comulgan sin comulgar (dejaron el alma en casa). ¿Alguien puede creer que la Señora nuestra haya insistido tanto en el Rosario para que hagamos lo mismo que los papagayos? Pablo VI habló de la contemplación: «... sin esta el Rosario es un cuerpo sin alma y su rezo corre el peligro de convertirse en mecánica repetición de fórmulas y de contradecir la advertencia de Jesús: «Orantes autem nolite multum loqui sicut ethnici; putant enim quia in multiloquio suo exaudiantur» (Mt 6, 7). ‘Y orando no seáis habladores, como los gentiles que piensan ser escuchadospor su mucho hablar’. Por su naturaleza el rezo del Rosario exige un ritmo tranquilo y un reflexivo remanso que favorezcan en quien ora la meditación de los misterios de la vida del Señor, vistos a través del Corazón de Aquella que estuvo más cerca del Señor, y que desvelen su insondable riqueza»[2]. Un cuerpo sin alma es un cadáver. ¡Cuántos rezan cadáveres!

Yo entiendo el Rosario de esta forma: Jesús y María, que desean nuestra contemplación, se nos hacen los encontradizos en la recitación. El Rosario verdadero no es el Rosario de recitación, sino el de contemplación. Es muy santa la oración vocal y la recitación: pero el Rosario no es eso. El Rosario es una oración más mental que vocal; y por ello, más que hablar, es escuchar, y sabed que «escuchar» viene de «auscultare», y que me peguen los médicos si lo que se ausculta no es el corazón. Nosotros, el Corazón de Jesús y el Corazón de María. O yo soy muy lerdo, o quien empieza a saber estas cosas se precipita a rezar el Rosario, y si ya lo reza, a rezarlo de nueva manera. El Rosario es una escuela de contemplación. «La Biblia de los pobres», de los mayores que no pueden leer, de los que nunca aprendieron:. «Scrutamini Scripturas, quia vos putatis in ipsis vitam æternam habere; et illaæ sunt, quæ testimonium perhibent de me». (Jn 5,39) ‘Escudriñad las Escrituras, ya que en ellas creéis tener la vida eterna pues ellas dan testimonio de mí’. En el Catecismo mismísimo lo tenemos: «La oración cristiana se aplica preferentemente a meditar los misterios de Cristo, como en la lectio divina o en el Rosario. Esta forma de reflexión orante es de gran valor»[3]. ¿Os dais cuenta de la naturalidad con que apareja el Rosario con la meditación bíblica? Porque algo tendrá el agua cuando la bendicen.

Enrique Lacordaire
Y aquí está la respuesta a quienes desprecian el Rosario por repetitivo. El Rosario de contemplación aumenta el amor a cada avemaría. Los enamorados repiten continuamente una sola frase: «Te quiero»; y no es repetir. Estas son unas memorables palabras de Lacordaire: «El racionalista sonríe al ver pasar las filas de pueblo que repite las mismas palabras; el que está iluminado por mejor luz comprende que el amor no tiene más que una palabra y que, aun repitiéndola siempre, jamás la repite bastante»[4]. 

Otra cosa es mover la epiglotis. Y a fe mía que hay quienes la mueven con presteza. Mi frailuco me escribe: «Rosarios (o sartas de cuentas) tienen casi todas las religiones para rezar —los ortodoxos (para rezar la Oración de Jesús), los hindúes, los budistas, los islámicos, etc.—. Yo he estado en contacto con  todas esas personas y he visto cómo ponen mucho fervor cuando rezan sus rosarios. En cambio, cuando se reza el Santísimo Rosario de la Virgen María en una gran cantidad de parroquias católicas, ¡mamma mia!, yo no sé cómo pueden pronunciar tantas palabras por segundo…». Y me cuenta: «No hace mucho leí un artículo de una señora que contaba sus experiencias y decía que ella rezaba tres rosarios al día —uno por ella, uno por su esposo y otro por sus hijos—. El primero, el de la mañana, era un rosario "rápido” —decía ella—, un rosario que no le llevaba más de diez minutos. El otro —al mediodía— era más “reflexivo", porque le llevaba quince minutos. Y el de la noche, lo rezaba junto con su familia mirando la televisión. Yo me quedé sencillamente espantado cuando leí esa sarta de horrores».

Santo Domingo de Guzmán
También está aquí la respuesta a quienes no rezan el Rosario porque se distraen. Perder de vista las palabras del Avemaría por elevarse a contemplar la vida de Jesús y María es, precisamente, el ideal de un Rosario. Si la mente va a cosas más terrestres, la Virgen lo contempla sonriendo; y el Beato Juan XXIII, desde el cielo, lo contempla repitiendo lo que dijo: «El peor Rosario es el que no se reza».

Beato Juan XXIII
¿Y si somos pecadores? Jamás os apartéis de la medicina por causa de la enfermedad. Los pecadores tenemos más razones para rezarlo, y Santa María no desea otra cosa. El Rosario no es un premio; es una medicina. Vuelve a decir mi fraile francisco, quien se siente terriblemente pecador: «En esta lucha encarnizada de mi alma con todo el infierno, a veces me siento desmayar… […] El enemigo […] no me acusa de nada que yo no tenga plena conciencia de haber cometido. Yo cometí esos pecados y son gravísimos. Es por eso por lo que desespero y me siento tan atormentado...

San Luis María
Grignión de Montfort

El secreto admirable 
del Santísimo Rosario
»En fin, hay unas palabras de San Luis María Grignion de Montfort para los pecadores y dicen así: "Si sois fieles en rezar el Santo Rosario devotamente hasta la muerte, a pesar de la enormidad de vuestros pecados, creedme: Percipietis coronam immarcescibilem’ (1 Pe 5,4), ‘recibiréis una corona de gloria que no se marchitará jamás’. Aun cuando os hallaseis en el borde del abismo, o tuvieseis ya un pie en el infierno; aunque hubieseis vendido vuestra alma al diablo, aun cuando fueseis unos herejes endurecidos y obstinados como demonios, tarde o temprano os convertiréis y os salvaréis, con tal que (lo repito y notad las palabras y los términos de mi consejo) recéis devotamente todos los días el Santo Rosario hasta la muerte, para conocer la verdad y obtener la contrición y el perdón de vuestros pecados"»[5].

Me escribe también este pecador santísimo: «A veces tengo miedo de la cuenta que tendré que dar y así mismo se lo digo al Señor “con llantos y sollozos” todos los días… Me arrepiento de todo corazón de haberle ofendido tanto […]. Es por eso por lo que me gusta tanto el Santo Rosario, porque cuando medito en los misterios, me deleito en la belleza de cada uno de ellos y me olvido de mi fealdad espiritual. Y a veces, me detengo para decir algúna avemaría mirando la imagen de la Virgen para saborear bien esa oración que me encanta. En ocasiones, he sentido en la boca sabor a miel cuando digo esa oración».

¿Y cómo contemplaré los misterios?

Con el Rosario contemplado, iremos de descubrimiento en descubrimiento, profundizando en la vida de Jesús y la de María y en todo lo que conforma nuestra religión y nuestra vida. Será un avance que haremos de asombro en asombro, y, en ocasiones —la experiencia os habla— os parecerá estar en el centro mismo de la felicidad. Otras veces, siguiendo la regla común de la oración, sufriremos aridez y no veremos nada…, pero nuestra fidelidad seguirá con el rezo hasta que el Señor Bueno decida devolvernos un cielo claro.

S. S.Benedicto XVI, 
Exhortación apostólica Verbum Domini
Para la contemplación, yo creo que el principio más importante es el de la originalidad, la variación, no atarse a nada, la imaginación. Vaya por delante que los papas piden que, tras enunciar el misterio, se diga algún versículo bíblico relacionado, y ya es vergüenza nuestra que eso no se haga en casi ningún lugar [6]. Pero además, lo más frecuente es dejar un silencio (suficiente) para contemplar entre el versículo y el recitado; puede hacerse una contemplación brevísima, y dedicar en otro momento unos minutos a la contemplación intensa; pueden leerse, en el rezo o aparte, los textos bíblicos; pueden leerse también tantísimos libritos o folletos que hay sobre los misterios; puede buscarse una canción, o componerla; pueden recitarse poemas sobre el misterio; puede doblarse el tiempo de Rosario y —dado que es oración mental— dar por hecha la oración habitual ante el Sagrario; puede escogerse un tema, y en torno a él hacer girar la meditación de cada misterio: por el tiempo litúrgico, por un pasaje bíblico que nos ha impactado, por una circunstancia que atravesamos, etc. (método especialmente recomendable); es muy bueno ser niños y, por ejemplo, empezar el Rosario anunciando a la Virgen que vamos a celebrar que ella es dulcísima, y por lo tanto contaremos las avemarías con caramelos (¿ridículo? Para el que no lo ha probado); podemos pedirle que por cada avemaría solucione el hambre de alguien ese día, o saque un alma del purgatorio, o convierta un pecador. Estoy hablando de infancia y de imaginación.

Múltiples métodos, pues. Pero la tradición monástica (desde Domingo el Cartujo hasta Alano de Rupe) ha desarrollado un método para cuando estemos avanzados. Se trata de las cláusulas, y es el método que mejor manifiesta el carácter de oración mental del Rosario y mejor despliega su capacidad de unirnos, por María, con Dios. La cláusula es una frase que uno añade, normalmente inventándola en el momento, al avemaría, sea antes de comenzar esta oración, sea después del nombre de Jesús, como: «Dios te salve, María…, Jesús, que al hacerse hombre se hizo uno como nosotros», «… Jesús, que se ha hecho hombre-Dios para reparar el pecado del hombre contra Dios», «… Jesús, que se ha hecho hombre-Dios para que yo trate a los hombres mejor que lo he hecho esta mañana con mi compañero», «… Jesús, encarnado para entender los problemas de los hombres, y así comprender la necesidad económica de mi amigo Antonio», «A la que es reina del Mundo porque es madre de Dios, Dios te salve, María…».

Quien lo probó lo sabe. Dice mi buen amigo: «Yo me siento muy bendecido con las cláusulas y las utilizo para concentrarme. Por eso […], he tenido un tiempo de oración mental muy pleno». Y me aclara: Las cláusulas deben ser distintas y precisas. No puede haber divagaciones. De ser posible, deben centrarse en alguna situación del momento. Por ejemplo, en la visita de María a su prima Isabel, hoy, yo hice hincapié en situaciones específicas en las que tuve que subir una montaña y no la subí, y en situaciones actuales en que me veo precisado a subir alguna montaña y no me encuentro muy dispuesto…». Cláusulas distintas y puntuales para mí significa lo de antes: imaginación, que es vida, contra el sopor mortecino de los Rosarios inexplicables de quienes sólo recitan, de los que comen la cáscara y tiran el fruto, de los ciegos que manejan millones y los tratan como calderilla barata; de aquellos de los que diría el Maestro: «Populus hic labiis me honorat, cor autem eorum longe est a me»; (Mc 7, 6). ‘Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí’.

Nosotros preferimos —¿o no?— dar culto a Dios «in Spiritu et veritate» (Jn 4, 23), ‘en espíritu y en verdad’. Por eso queremos hacer lo que hacía María, que «conservabat omnia verba hæc conferens in corde suo». (Lc 2, 19), ‘guardaba todo esto y lo meditaba en su corazón’; queremos poner nuestro corazón a latir al unísono con el de María. Buscar la óptica de María; nos morimos por entrar en su mirada. Queremos, en palabras del Beato Juan Pablo II, «contemplar con María el rostro de Cristo»[7], y yo prefiero decir, combinando estas palabras con las anteriores de S. S. Pablo VI [8], «contemplar el rostro de Cristo con el Corazón de María». San Antonio-María Claret insistía en que la imagen del Inmaculado Corazón debía ser la Virgen del Rosario con el Corazón en el pecho. Y, en fin, cuántas cosas están dichas en estas palabras con las que podemos concluir:

«Si el Evangelio nos dice que ella todo lo guardaba y meditaba en su corazón, significa que ella componía su oración con estos acontecimientos. Es como si ella rezara su Rosario, un Rosario sin cuentas, volviendo siempre a lo importante en la vida de su Hijo y en su propia vida. María no podía olvidar el primer acontecimiento de gran importancia en su vida, que fue la anunciación, ni tampoco los demás acontecimientos gozosos, ni aquellos que se relacionaran con la pasión y la resurrección de su Hijo. Y esa fue su oración.

»Si rezas el rosario, oras como María, eres como una imagen de la madre de Dios. La imitas en guardar y meditar los misterios del Hijo y de la Madre (cfr. Lc 2, 19-51). Ella es la memoria de la Iglesia, nuestra memoria sobre aquellos acontecimientos que deben ser para nosotros algo vivo. Al meditarlos entras en contacto con esos misterios, y así se convierten en canales de gracia para ti. Enamorarse del Rosario significa enamorarse del Evangelio, enamorarse también de María y de todas las cosas que ella guardaba y meditaba en su corazón, aquellas que fueron el contenido de su vida»[9].

[1] Carta apostólica Rosarium Virginis Mariæ (2002), n.° 33.
[2] Exhortación apostólica Marialis cultus (1974), n.° 47.
[4] Vida de Santo Domingo, cap. 6.
[6] Cfr. Beato Juan Pablo II, carta apostólica Rosarium Virginis Mariæ (2002), n.º 30; S. S.Benedicto XVI, Exhortación apostólica Verbum Domini, 88. También Beato Juan Pablo II Rosarium Virginis Mariæ, 35 pidió que, al acabar el misterio, pidiésemos los frutos de su contemplación, y nadie lo hace.
[7]  Carta apostólica Rosarium Virginis Mariæ, 3.
[8] Cfr., más arriba, p. 1.
[9] Tadeusz Dajczer, Meditaciones sobre la feMadrid: San Pablo, 1994, pp. 241-242.


Miguel Ruiz Tintoré - miguelruiztintore@gmail.com – Junio de 2013
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Editado por Gabriel de Jesús de la Dolorosa Escobar Gaviria

Laus Deo Virginique Matri


martes, 10 de septiembre de 2013

María Auxiliadora en El Hueco (Medellín, Colombia)

La Virgen de los negocios de El Hueco

Negociantes del centro comercial Tenerife Cúcuta afirman que María les salvó sus hogares y les da felicidad.

POR JUAN CARLOS VALENCIA GIL

Publicado por El Colombiano el 1.° de junio de 2012


José Duque, el Salado, se acerca a la
imagen de María para pedirle que le a
yude a eliminar el malgenio
Foto de Manuel Saldarriaga
Junto a la caja de las monedas que usa para devolverles a los clientes, Óscar Giraldo tiene abierta la Biblia en el Salmo 43. Lleva 12 años administrando La Sagrada Familia, un negocio de abarrotes del segundo piso del Centro Comercial Tenerife Cúcuta, y desde su escritorio le reza diario a María Auxiliadora, que reposa en un altar en las escalas.

José María Duque, lustrabotas, a quien todos en El Hueco conocen como el Salado, se echa la bendición cada que pasa cerca de la imagen porque le da tranquilidad.

Más que beneficios en los negocios, los comerciantes afirman que la Virgen les da estabilidad en sus hogares. Y no solo se refieren a la Auxiliadora, sino que enfatizan en la importancia de su paso por los retiros espirituales de Lazos de Amor Mariano, asociación de fieles que nació en Medellín el 16 de julio de 1999.

Julián Camilo López, bodeguero de 22 años, oriundo del municipio de Granada, asegura que por la Virgen dejó los vicios que lo acompañaron desde niño y que lo hicieron pelear con su familia y pasar tres años en un centro de rehabilitación. Ya se reconcilió con los suyos y trabaja para mantener a su esposa y a su niño de cuatro años.

"Adoramos a Dios y veneramos a la Virgen", sostiene Óscar Giraldo, el comerciante de 49 años, también nacido en Granada que, por esa fe tan profunda, le pidió al propietario del edificio, Juan Carlos Aristizábal, que construyera el altar.

Desde entonces, negociantes y clientes pasan y oran a la Madre de Dios, que luce adornada por veladoras y las flores que, diario, cuida el Salado.

Sergio López tenía propiedades en Granada, pero fue desplazado por grupos armados ilegales y ahora, a sus 60 años, es mensajero en el centro comercial y le reza a la Virgen para que le vaya bien y consiga al menos 10.000 o 20.000 pesos cada día.

Además del altar central, muchos de los 200 comerciantes del Tenerife Cúcuta tienen a Nuestra Señora en sus locales, enmarcada en cuadros o, como hacen los de La Sagrada Familia, pegada al pecho en una cadena. Para los trabajadores del sitio, la Virgen, como dice la canción, es un tatuaje del alma.

PARA SABER MÁS
Medellín exportó movimiento de fe

Lazos de Amor Mariano es un movimiento católico de laicos que tuvo su origen en Medellín, el 16 de julio de 1999, y se ha extendido a las principales ciudades de Colombia y a Ecuador, a Venezuela, a Panamá y a Estados Unidos. Fredy Ossa, director de la asociación en Medellín, explica que el objetivo es «vivir la consagración a Jesús, por medio de María». Dice que en el mundo la comunidad tiene 3.000 miembros, y 450 en esta ciudad. Los viernes, el movimiento se reúne en el San Ignacio, y de jueves a domingo ofrece retiros espirituales en Guarne. Pueden asistir fieles solos o parejas. El costo es 140.000 pesos por persona, con transporte, alimentación y estadía.

Laus Deo Vitginique Matri


lunes, 19 de agosto de 2013

Nuestra Señora de Luján

Enviado por mi amigo argentino Raúl Alejandro Clavijo, Hermano en el grupo Cristo amigo





El origen de la advocación se remonta a 1630. Antonio Farías Sáa, un hacendado portugués radicado en Sumampa (actual provincia de Santiago del EsteroArgentina), quiso erigir en su estancia una capilla en honor de la Virgen. Solicitó a un compatriota suyo, residente en Brasil, el envío de una imagen de la Inmaculada Concepción de María. Para una mejor elección, su amigo le envió dos imágenes. En el mes de mayo de 1630, las imágenes de la Virgen llegaron al puerto de Buenos Aires procedentes de San Pablo y, acondicionadas en sendos cajones, fueron colocadas en una carreta.


Representación de la escena en que se descubre la imagen de Nuestra Señora de Luján en una de las cajas transportadas en carreta desde Buenos Aires. El hecho habría tenido lugar en el paraje de Zelaya, en la provincia de Buenos Aires.

Luego de tres días de viaje, la caravana a la cual se incorporó la carreta hizo un alto a 5 leguas de la actual ciudad de Luján, en el paraje de Zelaya, para pernoctar en la Estancia de Rosendo de Trigueros.
Al día siguiente, ya dispuestos a continuar la marcha, los bueyes no consiguieron mover la carreta. Después de intentos fallidos, bajaron uno de los cajones y los bueyes iniciaron la marcha sin dificultad. Intrigados por el contenido del cajón, encontraron al abrirlo una imagen pequeña (38 cm de altura) de arcilla cocida que representaba la Inmaculada Concepción. Los creyentes interpretaron el hecho como providencial, y entregaron la imagen para su custodia a don Rosendo de Oramas, el dueño de la casa ubicada en la actual localidad de Zelaya, del partido del Pilar, a algo más de 20 km del actual emplazamiento del santuario. 
Nuestra Señora de la Consolación
La segunda imagen, que representaba a María con el niño en sus brazos, llegó a destino, y en 1670 se le construyó un santuario donde se la veneró bajo la advocación de Nuestra Señora de la Consolación.
Enterados del hecho en Buenos Aires, muchos vecinos acudieron a venerar la imagen y, al crecer la concurrencia, don Rosendo le hizo construir una ermita donde permaneció desde 1630 hasta 1674.
De hecho hoy existe en aquel emplazamiento, conocido como Lugar del milagro, un convento y una pequeña capilla de adobe y piso de tierra -que puede visitarse- que recuerda a aquella ermita que se erigiera como primer santuario.
Se la llamó la Virgen Estanciera y la Patroncita Morena. Manuel, un pequeño esclavo que venía con la caravana y fue testigo de lo sucedido, viendo su patrón el intenso amor que demostraba a la Virgen lo dejó a las órdenes de la Inmaculada. Se lo destinó al exclusivo cuidado de la imagen, lo que hizo hasta su muerte. Se encargaba del orden en la ermita y de los vestidos de la Virgen, dirigiendo los rezos de los peregrinos. Al fallecer don Rosendo, su estancia quedó abandonada, pero Manuel continuó, con constancia, el servicio que se había impuesto.
Muy preocupada con la «soledad de la Virgen» en ese paraje que hoy es Zelaya, la señora Ana de Matos, viuda del capitán español Marcos de Sequeira y propietaria de una estancia muy bien defendida ubicada sobre la margen derecha del río Luján, no viendo ningún interés por parte de las autoridades civiles y eclesiásticas, le solicitó al administrador de la estancia del fallecido don Rosendo la cesión de la imagen de la Virgen de Luján. Ella le aseguró el cuidado y la construcción de una capilla «digna y cómoda», facilitando la estadía de los peregrinos. Juan de Oramas, el apoderado, aceptó la oferta y doña Ana de Matos le pagó por la cesión de la imagen.
Feliz de haber logrado su propósito, la instaló en su oratorio, pero a la mañana siguiente, cuando se dirigió ahí para rezar, descubrió con asombro y angustia que la Virgen no estaba en su altar. Al buscarla se la encontró en el «Lugar del Milagro».
Se creyó en un principio que era el propio Manuel —a quien no habían permitido en un principio acompañar a la Virgen— quien llevaba a la «Patroncita Morena» a su antigua morada. Hasta se lo llegó a estaquear en el piso para que no hurtara la imagen. Sin embargo la imagen seguía «volviendo» a su primer lugar.

Fileteado porteño realizado por Edgardo Morales (2001), que muestra en el centro a la Virgen de Luján. Centro Cultural Marcó del Pont, en el barrio de Floresciudad de Buenos Aires.





Ello ocurrió varias veces hasta que enterado del hecho, considerado milagroso por los católicos, el obispo de Buenos Aires fray Cristóbal de Mancha y Velazco, y el gobernador del Río de la Plata, don José Martínez de Salazar, organizaron el traslado de la imagen, acompañada por doña Ana y Manuel.
En 1886, el padre Salvaire presentó al papa León XIII la petición del episcopado y de los fieles del Río de la Plata para la coronación de la Virgen. León XIII bendijo la corona y le otorgó Oficio y Misa propios para su festividad, que quedó establecida en el sábado anterior al IV domingo después de Pascua. La coronación se realizó en mayo de 1887.
Fue el padre Federico Grote, fundador de los Círculos Católicos de Obreros, el primero en organizar peregrinaciones al Santuario de Nuestra Señora de Luján. En la primera peregrinación, realizada el 29 de octubre de 1893, fue acompañado por unos 400 hombres con banderas argentinas quienes prometieron concurrir todos los años a pedir a la Virgen protección para la obra. Tres años después, los peregrinos sumaban 3 000. Esta peregrinación se ha realizado ininterrumpidamente hasta nuestros días.10
En el día de la festividad de Nuestra Señora de Luján, el 8 de mayo, miles de fieles se reúnen en la Basílica de Luján en su honor. Es la fiesta patronal del partido de Luján, razón por la cual se realizan numerosos festejos además de recibirse gran cantidad de peregrinos.
Cada 8 de diciembre, día en que se celebra la solemnidad de la Inmaculada Concepción, convergen en Luján peregrinaciones masivas provenientes de la ciudad de Buenos Aires y localidades de la zona, destacándose la Peregrinación náutica que se efectúa en el río Luján, con la imagen de la Virgen a bordo de una embarcación.
La Peregrinación Juvenil a Pie a Luján es la mayor manifestación de fe popular en la Argentina.

Pero es la llamada Peregrinación Juvenil a Pie a Luján la más famosa de las peregrinaciones al santuario donde se encuentra la imagen.11 La primera peregrinación juvenil se realizó en octubre de 1975. A ella concurrieron alrededor de 30 000 jóvenes. Desde entonces, la participación fue en aumento hasta situarse en más de un 1 000 000, para así convertirse en la mayor manifestación anual de fe de la Argentina.12 Esta peregrinación se efectua el primer fin de semana de octubre de cada año, bajo un lema diferente,13 y la marcha a pie se extiende desde el santuario de San Cayetano en Liniers, ciudad deBuenos Aires, y luego Avenida Rivadavia y Avenida General Paz, hasta la basílica de Luján en la ciudad homónima.



Oración I

¡Oh Inmaculada Virgen María!
Que has querido ser venerada por los fieles bajo el título de Nuestra Señora de Luján, manifestando en la imagen que os está dedicada en aquel pueblo, tu poder, tu amor y tu gloria; ten compasión de nosotros y líbranos de tantos males como nos rodean.

Haz que reine en las familias el espíritu religioso de nuestros mayores; conserva a la mujer cristiana en la práctica santa de la religión; preserva a la niñez y a la juventud de los peligros del vicio e ilumina a los que gobiernan.
Aparta de nosotros toda peste; fecunda con lluvias oportunas nuestros campos; bendice sus frutos, haciéndolos saludables.

Convierte, Virgen piadosísima, a los pecadores, que atraen sobre las naciones los castigos del cielo.

Escucha ¡Oh Madre de Clemencia!, el amor que de toda la República llega hasta tu glorioso Santuario y cólmanos a todos de tus maternales bendiciones.

Amén.



Oración II

Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra. Nuestra Señora de Luján, Patrona de nuestra Patria; hoy alzamos nuestros ojos y nuestros brazos hacia tí... Madre de la Esperanza, de los pobres y de los peregrinos, escúchanos...

Hoy te pedimos por Argentina, por nuestro pueblo. Ilumina nuestra patria con el sol de justicia, con la luz de una mañana nueva, que es la luz de Jesús. Enciende el fuego nuevo del amor entre hermanos.

Unidos estamos bajo la celeste y blanca de nuestra bandera, y los colores de tu manto, para contarte que: hoy falta el pan material en muchas, muchas casas, pero también falta el pan de la verdad y la justicia en muchas mentes. Falta el pan del amor entre hermanos y falta el pan de Jesús en los corazones.

Te pedimos madre, que extingas el odio, que ahogues las ambiciones desmedidas, que arranques el ansia febril de solamente los bienes materiales y derrama sobre nuestro suelo, la semilla de la humildad, de la comprensión. Ahoga la mala hierba de la soberbia, que ningún Caín pueda plantar su tienda sobre nuestro suelo, pero tampoco que ningún Abel inocente bañe con su sangre nuestras calles.

Haz madre que comprendamos que somos hermanos, nacidos bajo un mismo cielo, y bajo una misma bandera. Que sufrimos todos juntos las mismas penas y las mismas alegrías. Ilumina nuestra esperanza, alivia nuestra pobreza material y espiritual y que tomados de tu mano digamos más fuerte que nunca: ¡ARGENTINA! ¡ARGENTINA, CANTA Y CAMINA

domingo, 3 de febrero de 2013

Nuestra Señora en el metro de Medellín Ayura (TC.01.03)




Capilla de María Auxiliadora (TC.01.03)
Central Mayorista de Antioquia

Tomado de Catholic.net
Auxiliadora, María



Auxiliadora, María
Auxiliadora, María


El título de «María Auxilio de los Cristianos», expresa la mediación de María respecto de la humanidad. Como Madre del Redentor, por fuerza y mérito de la Corredención, Ella es la ayuda de la humanidad necesitada de redención; lo es también de cada individuo, porque es la Madre espiritual de todos.

El nombre Auxilio de los Cristianos, señala una especial forma de mediación, aquella que María ejerce en favor de la Santa Iglesia.

Origen de la advocación.

Históricamente se comenzó a difundir el titulo de María «Auxilio de los Cristianos», aproximadamente en el año 1558, donde la invocación será mencionada en las letanías que recitaban en el santuario de Loreto (Italia) de allí «Letanías Lauretanas». Estas fueron aprobadas por el papa Clemente VIII en 1601.

Tres fechas marcan la historia en la divulgación universal del culto a la Santísima Virgen bajo el título de Auxiliadora de los Cristianos.

Lepanto:

El 7 de octubre de 1571, durante el pontificado de San Pío V, la flota Cristiana, con el Auxilio de María, logra una victoria contra la flota de los turcos. Después de esta victoria, se propaga la invocación de «María, auxilio de los Cristianos» y de los labios de los soldados sobrevivientes de Lepanto, se difunde por toda Europa.

Viena:

El 12 de septiembre de 1683, durante el pontificado de Inocencio XI, bajo el mando del rey de Polonia, Juan Sobieski, con un ejército inferior de fuerzas, confiando en la ayuda de María Auxiliadora, vence al ejército turco.

Roma: El 24 de mayo de 1814, Pío VII, liberado por la intervención de María , de la prisión napoleónica, entra triunfante en Roma, y unos meses después instituyó, la Fiesta de María Auxiliadora.

San Juan Bosco:

En 1815 nació en Piamonte (Italia). Él estaría predestinado por Dios a difundir, la invocación y devoción a María Auxiliadora. Ella sería su inspiración para la creación de una triple familia religiosa: Los Salesianos, Las Hijas de María Auxiliadora y los Cooperadores Salesianos. Ella sería también, su maestra y su guía en el contenido espiritual de su Obra.

Con los años, la invocación a María, con el título de Auxiliadora se ha extendido por todo el mundo.

María Auxilio de los Cristianos, ¡ruega por nosotros!

Ésta es la puerta peatonal por la que acostumbro entrar a la Central Mayorista de Antioquia, donde hay una capilla hecha por los comerciantes piadosos y devotos de María Auxiliadora. La incluyo en los templos cercanos de la Estación Ayurá (01). Esta entrada queda en la carrera 50 entre calles 76 A y 76 B del municipio de Itagüí. 
Después de entrar se camina hacia el oriente hacia de la vía principal de la Central  a lo largo de la prolongación de la calle 76 B, dentro del condominio. Al llegar a la principal, entre los bloques 1 y 11 encontramos la Capilla.

Como puede verse en las dos fotos anteriores y se comprueba en ésta, no se trata de un templo cerrado, ni siquiera tiene puertas, por lo que puedo asegurar que siempre que voy a la Central Mayorista encuentro fieles visitando a Jesús Sacramentado. Hoy no fue la excepción.
 

El Sagrario, la imagen de María Auxiliadora y la puerta de la sacristía, están protegidos por una reja para evitar robos y profanaciones.

Un Acercamiento del Sagrario.

 Una imagen del Divino niño del barrio Veinte de Julio de Bogotá y una del Sagrado Corazón acopañan la de María auxiliadora en sendos nichos protegidos contra el latrocinio.

En este pequeño cobertizo, situado del otro lado de la calle 76 B se inició esta devoción.
Una vez construida la capilla y dotada de imagen nueva los fieles no permitieron la demolición del inicio.
Como se puede ver, cuando ésta era la capilla vigente,  los fieles asistían a la Eucaristía de pie o traían sillas desde sus negocios.

Aún hoy en día se ven fieles orando ante la imagen de la Auxiliadora que allí permanece.
 

 
También quedaron dos crucifijos, uno a cada lado de la imagen de la Auxiliadora y tienen sus devotos.

Así se ve la capilla actual desde la Capilla Madre. También puede apreciarse la vía principal y, al fondo, el acceso principal a la Central Mayorista, toda una imagen del empuje paisa.

Horario de las Eucaristías

Nombre de la capilla

Mientras me alejo para ir a cumplir con mis diligencias observo la Capilla de María Auxiliadora  y doy gracias al Señor por un templo abierto donde casí nunca Él estará solo.
Los empleados de la Central hacen el aseo y cuidan el jardín.

Laus Deo Vitginique Matri






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